Metro de Barcelona. TMB. Vigilante de Seguridad.
El presente artículo sobre el suburbano de la Ciudad Condal nace después de intercambiar comentarios con Vigilantes de Seguridad que prestan servicio en el mismo. Vaya desde aquí un saludo especial a ellos y mi agradecimiento por su colaboración con sus puntos de vista y opiniones.
Así como saludar afectuosamente al Presidente de la Asociación Valenciana de Directores de Seguridad (AVADISE), Señor José Javier López, ya que en conversación entre miembros del grupo de WhatsApp al que pertenecemos, de Seguridad Privada, surgió un tema del uso de spray en seguridad privada. Me dio sin saberlo él, un empuje final para realizar este escrito que hace meses lo llevo “gestando” y que nunca me puse a terminarlo.
Con el deseo que el presente escrito resulte del agrado del profesional de la seguridad, así como del lector en general, me lanzo a la aventura de un nuevo artículo en mi blog. Una vez más muchas gracias a todos los seguidores, así como a quienes dais me gusta y estáis compartiendo con compañeros el blog y su contenido. Gracias a todos.
Empezaré realizando una breve introducción histórica e informativa de la red de transporte.
En 1922 se realizan las obras de construcción de la línea de metro, que pretende descongestionar el tráfico de vehículos a motor que empezaba a ganar Barcelona en sus calles gracias al aumento de la producción y venta de coches de la época. Las obras fueron inauguradas por el Rey Alfonso XIII. En 1924, en sus últimos días del año, nace metro de Barcelona.
En la siguiente imagen vemos el acto inaugural de 1924, donde preside el acto el Infante Don Fernando.
La primera línea unía Lesseps con Plaza de Cataluña, la actual Línea 3 (L-3). Tiempo después entró en funcionamiento la Línea 1, que fue vital para y durante la Exposición Internacional de Barcelona en el año 1929. El gran crecimiento del transporte suburbano se produce durante las décadas de los años 1960, 70 y 80.
En presente imagen, vemos la Línea L-3, estación de María Cristina, en la Avenida Diagonal. Año 1974.
Esta otra imagen pertenece al año 1975.
El metro de Barcelona tiene 8 líneas, 156 estaciones y cerca de 143 trenes que funcionan a hora punta todos los días laborables, con el Funicular incluido. Cada una de estas líneas se identifica con un número que le sigue a la letra “L” y un color.
Cuenta con una plantilla laboral de 3.567 trabajadores en la red suburbana. En cuanto al total de TMB (Metro y Bus. Sin contar el Teleférico) la suma de empleados asciende a 7.744 personas.
El total de la red ferroviaria cuenta con una extensión de 119 kilómetros divididos en sus distintas líneas. 156 estaciones con cerca de 143 trenes en línea en su hora punta con alimentación eléctrica por catenaria rígida. Por ejemplo, la Línea 4 (L-4) cuenta con 16,5 kilómetros de largo de vía férrea y un ancho de la misma de 1.435mm, en un total de 22 estaciones. Con 19 trenes en línea en hora punta y un intervalo de tiempo entre trenes de 4 minutos 03 segundos. A velocidad comercial de 28,40 kilómetros por hora.
Metro de Barcelona cuenta con Seguridad Privada desde hace muchos años. En la actualidad, a 2018, Prosegur y Securitas son las dos empresas que prestan sus servicios tras la ultima licitación en la que hasta esa fecha fueron tres empresas quienes llevaban la seguridad. La empresa que perdió el servicio en favor de Securitas, fue Eulen. No es anormal esta situación en el mundo de la seguridad privada, ya que cada cierto tiempo se vuelve a licitar el servicio. Contratos renovables de duración determinada, presentándose las empresas prestadoras de servicios de seguridad su candidatura a las empresas demandantes de dichos servicios. La empresa que mejor oferta presente al cliente gana el contrato de duración determinada. Hasta que vuelva a salir a concurso.
Metro de Barcelona es un servicio considerado en la categoría de infraestructuras críticas. Como tal, los servicios de Seguridad Privada deben contar con una especial atención. Hay Vigilantes de Seguridad las 24 horas del día. Tanto en la figura de Agente único, como en pareja. Visible sobre todo los fines de semana y festivos. El denominado Non Stop. También dispone de Guías caninos, se trata de aquel Vigilante que lleva consigo un perro adiestrado, formando una pareja excelente, también.
Los Vigilantes de Seguridad están en contacto permanente y directo con los usuarios que transitan sus instalaciones para ir de un punto a otro de la ciudad o área metropolitana. Es una ciudad dentro de la propia ciudad, en este caso bajo tierra. En ella como en el exterior, hay de todo. De lo bueno y de lo malo y es ahí donde el Vigilante de Seguridad actúa cuando es requerido, entre otras funciones propias de su empleo. Es decir, ante carteristas, peleas por diferentes motivos, actos de vandalismo, pseudografiteros, personas que acceden sin pagar billete así como también “manteros” que se cuelan sin pagar, etc.
No todos aceptan la intervención del Vigilante de Seguridad enfocada al bien común de los usuarios y garantizar la seguridad de las personas que están en su interior y del bien mueble e inmueble. En no pocas ocasiones se producen agresiones tanto verbales, como físicas hacia el empleado de seguridad privada. Basta con tirar de hemeroteca, por ejemplo a través de un popular buscador web para hallar distintos y variados ejemplos.
Ante esta irrefutable realidad existe desde hace demasiado tiempo un sentir entre no pocos Vigilantes de Seguridad en cuanto a su situación de protección jurídica ante quienes no respetan las normas de convivencia y sus leyes que las regulan. Es decir, ladrones, pseudografiteros, etc.
En la imagen inferior podemos ver la diferencia entre el arte del grafiti, poesía y belleza ilustrada (Imagen de la izquierda. Mariposa) y el vandalismo (imagen de la derecha. Tren) de quienes pretenden ser grafiteros y solo demuestran ser unos delincuentes callejeros e incívicos que únicamente saben hacer firmas y algún esbozo barato feo y extraño de a saber qué. Escondidos y tapados. Sabedores de su mediocridad. Pseudografiteros de medio pelo.
En el siguiente vídeo se puede apreciar el interior de un tren totalmente repleto de firmas realizadas por vándalos pseudografiteros en uno de sus actos vandálicos recientes. El pasado mes de julio de 2018. Sin que tengan en cuenta ni les importe en absoluto en todo caso a ellos el gasto económico que supone limpiar lo que ensucian. Banksy, sí es un artista del grafiti. Él hace arte.
El Vigilante de Seguridad demanda mayor formación, real y efectiva acorde con el puesto que desempeña. Así como mayor protección jurídica en el desarrollo de sus funciones, sin pedir trato de favor, si no cumplir y hacer cumplir la legislación legal vigente, entendiendo que si un Vigilante de Seguridad llegara a cometer errores intencionadamente con animo de causar daño o menoscabo alguno, se le debe aplicar la medida sancionadora que le corresponda en función del presunto hecho cometido, si lo hubiere. Y de igual forma, que recaiga también sobre aquella o aquellas personas que cometan actos ilícitos contemplados en la normativa legal vigente, todo el peso que la Ley contempla para sus infractores. Los delincuentes no deben salir con la sensación de que sus actos salen baratos. Repiten y se crea el hábito pues se convierte en una forma fácil de vivir. Creando malestar entre la sociedad que sí respeta.
De la misma manera que a cielo descubierto son conocidos por la Policía los delincuentes habituales que cuentan con innumerables detenciones, en el suburbano sucede que carteristas y Vigilantes de Seguridad se conocen porque estos delincuentes son habituales. Y no pocos de estos infractores sabedores de su rentable negocio de violar el Código Penal sin apenas consecuencias legales hacia ellos, el delincuente que son, se enfrentan a los Vigilantes, o ciudadano, llegando a darse casos graves, apuñalamientos, palizas, etc.
Sin olvidar contar las situaciones menos graves, que se quedan en empujones, agresiones verbales, aspavientos o miradas y acciones intimidatorias y que no por ello son menos merecedoras de atención, visto que causan un desgaste visible en la persona. En el Vigilante de Seguridad.
A continuación pongo una pequeña batería de preguntas respondidas por Vigilantes de Seguridad de Metro de Barcelona. Desearía desde aquí aprovechar la oportunidad para agradecerles su colaboración.
Pregunta. ¿Se producen agresiones a Vigilantes y desde cuando están sucediendo?
Respuesta. Desde siempre, aunque cada vez es peor o por lo menos es la sensación. En alguna ocasión son manteros, en otras son los carteristas cuando les abortamos sus robos, les pillamos en el momento de robar o no les dejamos siquiera dar el primer paso para robar o les llamamos la atención por mear por los pasillos entre otros actos incívicos que hacen. También están los que no saben salir de fiesta sin insultar llamar la atención buscando peleas o situaciones violentas y se les nota claramente que han bebido demasiado alcohol. Igualmente sucede con grafiteros y otros perfiles de gente que no sabe valorar vivir en comunidad pacíficamente, respetando a las personas, el mobiliario y las leyes.
P. ¿Qué apoyo recibe el Vigilante de parte de la empresa cuando ha sido agredido?
R. El contacto más directo con la empresa que tenemos los Vigilantes es con el responsable del servicio y el Inspector. Si toca hacer informe sobre una incidencia se le hace llegar y si se produce denuncia y toca ir a juicio, la empresa tiene que proporcionar asistencia jurídica gratuita al Vigilante, ofreciendo un abogado. Después de esto, está la empatia que reciba el Vigilante, aquí ya tratamos a otro nivel y va en función de cada cual.
P. ¿Qué formación recibe el Vigilante para desarrollar su trabajo en metro?
R. Los cursos de reciclaje anual que por Ley de Seguridad Privada 5/2014, de 4 de abril está obligada la empresa a dar al Vigilante y que no coinciden siempre con la realidad del servicio de metro y que en todo caso son cursos de pocas horas donde su eficacia es mínima por ser 20 horas al año, de las que 10 de esas horas no son presenciales. Aparte está la formación que de su bolsillo se quiera pagar el Vigilante. Pero eso ya es decisión personal de cada cual y según sus posibilidades económicas también.
P. ¿En qué condiciones y situaciones trabaja el Vigilante de Seguridad en metro?
R. Uno siempre quiere trabajar de acuerdo a las normas legales y de convivencia que la sociedad actual establece en una comunidad democrática. Somos trabajadores de empresas privadas de seguridad, pero no por ello menos interesados en el bien común y en prestar seguridad y protección. No somos Policías, lo sabemos. Tenemos nuestras funciones establecidas. Sabemos quienes somos y dónde estamos. Y si tenemos que actuar frente a un presunto ilícito lo hacemos.
A veces da la sensación que terceras personas fuera de la Seguridad Privada no ven esta realidad y nos juzgan con demasiada dureza sin saber que cuando invitamos al orden a determinadas personas es porque se saltan las normas de convivencia. Es fácil para ellos juzgar un hechos viendo la parte del todo. Si vieran el todo, el inicio que lo provoca, seguramente cambiarían de opinión. Es muy significativo ver como tanto al delincuente como a aquellos que juzgan fácilmente cambian su comportamiento cuando aparece la Policía. Se vuelven más educados. Aquí tenemos un problema que necesita rápida solución. Aquí hago una llamada al legislador, así como un recordatorio a FF.CC.S., Jueces, Fiscales y Letrados sobre la realidad que vivimos los Vigilantes de Seguridad.
Está el guía canino que forma tandem con el perro. También el denominado Agente único que es aquel Vigilante que trabaja solo y se mueve por las zonas que le son designadas. Luego tenemos el Non Stop que se va en pareja de dos Vigilantes y que se juntan con otros equipos de Vigilantes en determinadas estaciones para realizar las aperturas o posicionamiento por ser estaciones próximas a zonas de conciertos de verano, discotecas, etc.
Contamos con EPIs (Equipos de Primera Intervención) formados por guantes y chalecos anticorte o antipincho, Gorra con refuerzo protector en su interior y el resto de dotación general que por Ley debemos llevar, es decir, defensa (la injustamente llamada porra) y grilletes (esposas). El polo o prenda superior de la uniformidad lleva lineas reflectantes que mejoran que podamos ser vistos y reconocidos.
P. ¿Qué mejoras propondrías para el empleo de Vigilante en metro?
R. Una correcta adecuación de los EPIs. Que sean efectivos y a la medida del Vigilante que lo lleve.
Turnos no superiores a 8 horas con descanso efectivo entre turnos. El cansancio o la falta de descanso es determinante en un oficio y puesto de trabajo donde nos jugamos mucho todos. Unos y otros.
Un mayor reconocimiento del Vigilante de Seguridad, formación y protección jurídica. El malo no somos nosotros, si no el delincuente. En cambio estamos obligados por Ley a actuar y nos toca decidir en el mínimo tiempo posible qué hacer ante una situación conflictiva que vista a posteriori con la calma y todo el tiempo del mundo, terceros dicen, juzgan y sentencian como se debería haber hecho. De tal manera que si acertamos nadie nos dice ni reconoce nada en positivo como norma general. Pero si erramos más o menos en nuestra intervención somos el centro de la diana donde todos lanzan sus dardos contra nosotros. Somos humanos y trabajamos con humanos, donde nosotros tenemos que movernos dentro de la legalidad y el malo no, se mueve haciendo trampas. Siempre estamos en desventaja, pero contentos de saber que somos los buenos y dentro de la legalidad, aunque ello implique perder demasiadas veces. Y además, no contar con el visto bueno de una parte de la sociedad que nos mira como policías de broma o gente que trabaja de “segurata” porque no ha sabido llegar a más en su vida.
P. ¿Comenta alguna situación que hayas vivido en metro y cómo se solucionó?
R. Era algo más de las 07:00 hs de la mañana de un domingo de hace pocas semanas, en la línea 4 del metro de Barcelona. Una joven se tiró voluntariamente a las vías. Nos dio aviso un usuario que vio a la chica como se sentaba en el borde del andén con los pies colgando. Mi compañero y yo fuimos a la carrera a salvar la situación. Mientras nos dirigíamos hacia ella, pues estábamos en el extremo opuesto del andén, ella se tiró a la vía. Mi compañero dio aviso del hecho y posición y lugar de donde nos encontrábamos mientras yo me tumbé en el suelo del andén con medio cuerpo hacia vías para sacar a la muchacha una vez llegados ante ella. La joven lloraba, gritaba, escupía, se movía con fuerza y forcejeaba fuertemente, con violencia y estaba en un estado de nervios con alteraciones del comportamiento. En un momento dado logré tomarla de uno de sus brazos mientras intentaba calmarla y negociar para hacerla entrar en razón. Con ayuda logré hacerla subir al andén. Sentarla en un banco de piedra y en un momento en el que parecía tener la situación con mayor control, mientras esperábamos la llegada de la ambulancia y de la policía, la mujer se levantó y me empujo con ella arrastrándome hacia vías con intención de tirarse a ellas. Logré frenarla. También con ayuda de mi compañero que me daba cobertura. Finalmente logramos ponerla a disposición de los sanitarios de la ambulancia y de la policía. Recibimos la felicitación verbal tanto del responsable de servicio nuestro como de la pareja de policías intervinientes.
En otra ocasión anterior, también una mañana de domingo, sobre las 06:30 en la estación de Urquinaona de la Línea 4, escuchamos por el Walkie la solicitud de ayuda a compañeros que están en esa estación atendiendo una pelea entre pasajeros, en andén. Llegamos varios equipos y nos encontramos con aproximadamente una docena de personas agrediéndose, divididas en tres grupos étnicos distintos, uno caucásico, otro afroamericano y el tercero subsahariano. Aquello fue poco menos que un todos contra todos. Indiqué a mi compañero que fijáramos una estrategia y objetivos prioritarios. De entrada liberamos a un compañero Vigilante del acoso y agresión de un afroamericano que le tenía contra la pared. Le recuperé la defensa y la placa distintivo que estaba en el suelo. Una vez controlado y neutralizado el afroamericano, dirigimos la actuación al siguiente nivel de prioridad. Y así sucesivamente hasta lograr separar a los grupos. Éramos varios equipos de Vigilantes de Seguridad.
Recuerdo un momento en el que un subsahariano bastante corpulento y mucho más alto que yo se me tiró encima escupiéndome y queriéndome pegar. Afortunadamente conté con la rápida reacción de mis compañeros que lograron que todo saliera bien, con el mínimo de agresión posible dentro de lo que fue ese momento particular que viví. Sinceramente no sé que debió ver en mi persona para avalanzarse con esa contundencia. Recuerdo que gritaba muy fuera de sí y con ojos saltones “¡racistas!”.
Añado algunos enlaces a prensa escrita donde aparecen noticias relacionadas con Vigilantes de Seguridad en infraestructuras críticas como metro y renfe. Haciendo mención a agresiones de las que han sido víctimas.
Quedadas para pegar a Vigilantes del metro de Barcelona
Detenidos por agredir a Vigilantes de Metro de Barcelona
Vigilantes de metro reclaman formación y protección
Detenido por arrojar al Vigilante a la vía.
Los vigilantes piden mayor protección
Bibliografía.
Archivos de Televisión Española. Programa «Moments», de La2.
Web de TMB, Transports Metropolitans de Barcelona.
Prensa escrita digital. LaVanguardia. Crónicaglobal.elespañol. 20 minutos.
YouTube. Libro : «Crónicas suburbanas«. Autor, Juan Carlos Rojas.
Imágenes halladas en motor de búsqueda.
Imágenes de autoría propia realizadas con mi teléfono móvil.
Raúl Barberán
Formador en Seguridad Privada
Perito Judicial en Seguridad Privada
Jefe de Seguridad y Director de Seguridad
Genial escrito el que has realizado sobre nuestro servicio y el trabajo que en él realizamos, además de los datos técnicos sobre el transporte en sí que ilustra muy bien el sitio donde estamos y ayuda a hacerse una idea del volumen de personas que en el se mueven y lo que está bajo nuestra protección. Por poner una puntíllita, hubiera estado bien nombrar, así como sí has hecho con agentes únicos, non stop y guías caninos, (todos ellos servicios diferenciados en cuadrante) a los compañeros específicos de antigrafiti, que desarrollan sus funciones exclusivamente en lugares donde duermen los trenes (apartaderos, talleres, etc), los antifraude (desarrollan toda su jornada en una estación en concreto permaneciendo tras las validadoras para evitar el fraude) y por último los que estamos en el servicio MAP (equipos moviles que vamos en coche cubriendo toda la red de metro, dividida en zonas y cada coche cubre una zona, atendiendo a cualquier incidencia que surja siendo una unidad de intervención rápida y que según el día de la semana tiene entre 5 y 10 coches circulando por turno), todos estos servicios diferenciados por cuadrante y que entre todos se complementan formando así el servicio de seguridad de metro. Muchas gracias y felicidades por su trabajo con este escrito. Un saludo!
Buenas tardes, Damián.
Muchas gracias por tus palabras. Me alegra saber que te gusta.
Y me satisface saber que gracias a tu respuesta me das la idea de realizar una segunda parte que de continuidad a este artículo. Para ello te invito a ti y todos los compañeros que así lo deseen a aportar sus comentarios y experiencias contándomelas escribiéndome a mi correo info@jefedeseguridad.es
O si nos encontramos en la red de metro, también. Será un placer saludarte.
Atentamente,
Raúl Barberán
Yo pienso que los vigilantes no demandan mas formación, si no cobrar más, a mi personalmente que se dejen de formaciones y me paguen más, con la formación no como, y como digo yo, la delincuencia esta porque al gobierno le interesa, que permiten con sus leyes tan flexibles que estos hechos se repitan, luego van criticando el regimen de Fidel Castro, cuando es uno de los paises con menos delincuencia prácticamente del mundo, y todo, porque las leyes son duras para combatir cualquier delito que no tiene cabida en la construcción de una sociedad solidaria, de todo esto es simple, si los que tienen que arreglar este asunto no lo hacen, que no pretendan que ni la policia ni el personal de seguridad lo vaya arreglar, es mas , que dejen de utilizar al personal de seguridad para hacer funciones que no le pertenecen